Acusado
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Bart Smith, gobernador de Tennessee, nunca se ha preocupado por los cambiadores. Los ve como violentos e impredecibles. Pero mientras cumplan con las leyes establecidas y se mantengan solos, ?l estar? contento con el status quo. Pero cuando el deber llama, y ?l es testigo de la magnitud de la tortura y el abuso, ya no puede ignorar la cruel discriminaci?n y los votos de los cambiadores recibir?n los mismos derechos. Posteriormente, contrata a la atractiva Erika Pittman y su mundo se entrelaza a?n m?s con los intrigantes cambiadores. Bart Smith, gobernador de Tennessee, nunca se ha preocupado por los cambiadores. Los ve como violentos e impredecibles. Pero mientras cumplan con las leyes establecidas y se mantengan solos, ?l estar? contento con el status quo. Pero cuando el deber llama, y ?l es testigo de la magnitud de la tortura y el abuso, ya no puede ignorar la cruel discriminaci?n y los votos de los cambiadores recibir?n los mismos derechos. Posteriormente, contrata a la atractiva Erika Pittman y su mundo se entrelaza a?n m?s con los intrigantes cambiadores. Su pasi?n se enciende a un nivel abrasador y se convierten en el blanco de un esc?ndalo p?blico. A medida que aumenta la presi?n para que renuncie y su vida se ve amenazada, debe tomar una decisi?n dif?cil. Una que podr?a costarle todo, incluida su carrera y la mujer de la que se ha enamorado. Erika Pittman ha buscado toda su vida una comunidad donde sea amada y respetada. Su baja estatura la ha llevado al rid?culo y al acoso por parte de la familia y los miembros de la manada, lo que la deja con cicatrices mentales, sin mencionar que form? un muro de hormig?n alrededor de su alma rota. Cuando es rescatada de un laboratorio que captura y atormenta a los cambiadores, Erika es llevada a Refugio Seguro, hogar de la manada de Hollow Rock. Ella es nombrada r?pidamente para un puesto que la lleva a Chattanooga, la mansi?n del gobernador, y al incre?blemente rico, arrogante (e indudablemente sexy) Bart Smith. Ella quiere odiarlo, pero su continuo esfuerzo y apoyo demuestran que est? equivocada en todo momento. ?l deja a su lobo aullando por m?s, y ella no puede reprimir sus deseos por mucho tiempo. A medida que la agitaci?n pol?tica aumenta a un nivel insoportable, Erika se encuentra en el extremo receptor de la injusticia extrema y se pregunta si su nueva felicidad terminar? con el resto de sus d?as en una celda de seis por ocho.
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