El infierno est? vac?o

Agust?n M?ndez

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Entre los siglos XV y XVIII, aproximadamente 50.000 personas fueron ejecutadas en Europa tras ser culpadas del crimen de brujer?a. Entre los actos por los que fueron castigadas se inclu?an la utilizaci?n de magia nociva, el establecimiento de un pacto con Sat?n, haber mantenido relaciones sexuales con demonios o formar parte de un complot multitudinario y clandestino para la destrucci?n de la cristiandad. Lo que en la actualidad puede parecer, a primera vista, el resultado de un pasado irracional y oscurantista, en verdad era la expresi?n -brutal, ciertamente- de una forma de entender la naturaleza, la historia, la teolog?a y la pol?tica distinta a la contempor?nea, pero perfectamente racional, coherente con el universo cultural, intelectual y conceptual en el cual se desarroll?. Se hac?a necesario un an?lisis de los fundamentos intelectuales de la caza de brujas, el conjunto de ideas y representaciones que permiti? llevar a cabo y justificar la represi?n de un delito inexistente, a trav?s de los tratados demonol?gicos publicados por miembros de la elite cultural (ministros religiosos, te?logos, m?dicos) en Inglaterra entre el siglo XVI y el XVII. Partiendo de la historia cultural e intelectual, se accede a la forma en que los autores caracterizaban las relaciones entre lo humano, lo divino y lo diab?lico en un contexto hist?rico permeado por las profundas transformaciones producidas por la Reforma protestante.

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