Oda a la iglesia chiquita
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La Torre de Babel es un espejo de la globalizaci?n actual. A m? me hab?an ense?ado en la escuela dominical que Dios se enoj? con toda esa gente que quer?a ser como El. Pero la verdad es que eso no es lo que reflejan los textos sagrados. Lo que s? dicen es que Dios les hab?a dicho que se dispersen. Eso implica traspasar los l?mites, correr riesgos, abrazar la aventura, la incomodidad y la curiosidad. Ser un Don Nadie en una tierra nueva. Pero ?stos quer?an estar juntitos, c?modos y ser todos famosos. Cualquier similitud con nuestra sociedad en general y nuestra iglesia urbana en particular es mera coincidencia. Y sucedi? algo tan sencillo, min?sculo y contundente como el Covid: «todos a hablar lenguas diferentes», dijo Dios, y sanseacab? la torre. Y fue as? que volvi? el esp?ritu de tribu, el v?nculo corto, el dialecto, y el desaf?o.
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